Un buen gerente de una empresa, debe ganarse la visión como líder, por parte de los componentes de la empresa y evitar a toda costa, que sea considerado como un dictador. Su credibilidad y su influencia en las personas, está en curso. Algo que que le repercute muy directamente, en su misión como timón del barco que gobierna.
En el momento que se pierde credibilidad, se pierde el control en el rumbo de la empresa y la gestión de vuelve muy inestable, provocando un fatal desenlace, de forma inminente, si no se pone remedio rápidamente. Continuar leyendo «Líder sí, autócrata no.»