Situación siderúrgica convulsa

acero-importacion

Hace un tiempo, se venía anunciando la imposición de medidas arancelarias para la importación de ciertos metales, como el acero y el aluminio (en principio), en el mercado estadounidense, como medida antidumping. Como era de esperar, tras el anuncio de dichas medidas, ha estallado la bomba en los mercados de todo el mundo. ¿Pero que es lo que está sucediendo realmente?

trump_acero

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado un gravamen del 25% en el precio del acero importado y de un 10% para el aluminio. Estados Unidos importa cuatro veces más acero del que exporta y compra esta mercancía a más de 100 países. Según Trump, su país sufre el «comercio injusto» de sus competidores.

En la cuenta de Twitter del presidente D. Trump, escribió: «Nuestras industrias de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas durante décadas por el comercio injusto y la mala política con países del mundo. No podemos permitir que se sigan aprovechando de nuestro país o nuestras empresas. ¡Queremos libre, justo e INTELIGENTE COMERCIO!»

Como no podía ser de otra manera, el anuncio de las nuevas tarifas aduaneras fue mal recibido en la bolsa y el índice Dow Jones, el principal de Estados Unidos, cerró su sesión diaria con una caída del 1,7%. Sin embargo, el valor de las compañías productoras de acero estadounidense aumentó notablemente al mismo tiempo. Se teme en los parqués la reacción del otro gigante de la economía global, China, que podría responder a los aranceles estadounidenses con la imposición de los suyos propios, lo que daría pie a una guerra comercial, el escenario más temido por expertos e inversores.

Desde que D. Trump inició su presidencia, va anunciando su disconformidad con lo que él considera un comercio injusto con el mercado chino, asegurando que esto perjudica a la industria americana y a sus trabajadores. Es por tanto, el motivo y justificación de tal medida impuesta actualmente.

justin_trudeau_afp_crop1520046955718.jpg_1970638775Todavía no se sabe con exactitud si se aplicarán los aranceles a todas las importaciones o solo a las de algunos países, pero D. Trump ya ha anunciado que así será y algunos aliados tradicionales de EE.UU., como Alemania o Canadá seguramente verán sus productos también perjudicados por las medidas adoptadas. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha calificado de «totalmente inaceptable» la amenaza por parte del presidente, Donald Trump, de imponer tarifas a la importación de acero y aluminio procedente de Canadá. Justin Trudeau declaró que «Estados Unidos tiene un superávit de 2.000 millones de dólares con Canadá por lo que consideramos la imposición de tarifas sobre el acero y aluminio totalmente inaceptable». El primer ministro canadiense añadió que dados los compromisos mutuos en temas de defensa y seguridad que existen entre Canadá y Estados Unidos, es difícil entender que Washington considere las importaciones canadienses como una amenaza al país.

07452373_xl

¿Y por qué ahora?

Ya en la campaña electoral, el candidato Trump clamó contra las potencias extranjeras que «descargan enormes cantidades de acero en Estados Unidos». «Eso está matando a nuestros trabajadores del acero y a las compañías acereras», dijo entonces.

Mensajes como estos los ha repetido ya como presidente. Según él, las exportaciones de bajo coste chinas están dañando la viabilidad de la industria de Estados Unidos, que es el mayor importador mundial de acero. Con el anuncio de la implantación inminente de estas medidas, Trump avanza hacia la ejecución de la política proteccionista que ha venido apuntando en sus discursos. Recordemos la reciente introducción de restricciones a la importación de lavadoras, que ya fue un primer paso en este sentido.

Pero China no es el único país que exporta acero y aluminio a Estados Unidos, sino uno más de los 110 que lo hacen. Por volumen, el gigante asiático ocupa el puesto 11 en la lista. Por delante de ella figuran Canadá, Japón o Corea del Sur, estados todos con estrechas y cordiales relaciones con Washington.

La imposición de aranceles ya la sugirió el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en un informe elaborado a pedido del presidente. Trump quería saber «si las importaciones de acero amenazan con deteriorar la seguridad nacional».

D. Trump prometió reconstruir la industria siderúrgica nacional, que cree maltratada en los últimos años por los gobiernos que le precedieron y la competencia china. «Cuando nuestro país no puede fabricar aluminio y acero, es como si no tuviéramos mucho país», afirmó. «Necesitamos grandes productores de acero y aluminio para la defensa», dijo en plena visita a la Casa Blanca de Liu He, asesor económico y amigo del presidente chino, Xi Jinping.

xi-trump.jpg

Las reacciones de los afectados.

  • Canadá: La ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freedland, dijo que cualquier arancel «sería absolutamente inaceptable», como también lo considera así el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
  • Unión Europea: «La UE reaccionará firme y proporcionadamente para defender nuestros intereses», dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
  • China: anunció que consideraría y adoptaría medidas de respuesta si EE.UU. imponía los aranceles.
  • Cámara de Representantes de EE.UU: Un portavoz de Paul Ryan, presidente de la Cámara, dijo que Ryan espera que Trump «considerará las consecuencias no deseadas de la idea y estudiará otros enfoques antes de avanzar».

La situación de la industria del sector en Estados Unidos.

reuters-acero

El Departamento Federal de Energía afirma que la industria siderúrgica se está recuperando tras el desplome que siguió a la crisis financiera de 2008. Pero ahora es mucho más débil de lo que era cuando comenzó el siglo. En el año 2000, EE.UU. produjo 112 millones de toneladas de acero, una cifra que cayó hasta los 86,5 millones de 2016. En 2000, eran 135.000 las personas empleadas en el sector. En 2016, 83.600.

¿Y ahora qué puede ocurrir?

Me gustaría adjuntar el análisis de un experto como Natalie Sherman, corresponsal de economía de la BBC en Nueva York:

La amenaza de la imposición de aranceles en el acero y el aluminio ha rondado al entorno del gobierno de Donald Trump durante meses. Los retrasos en anunciarlos hacían al presidente vulnerable a las críticas de quienes lo acusan de ladrar mucho y morder poco, a pesar de su mensaje de que pondría a «Estados Unidos primero». Ahora ha hecho callar ese runrún y reglado una victoria a la industria acerera. Pero el caos que ha envuelto el anuncio del jueves, en el que al parecer sus asesores intentaron disuadir a Trump del paso que dio, omite cuántos perdedores puede dejar. Decenas de compañías en industrias, desde el sector automovilístico hasta el de la construcción, han alertado de la pérdida de cientos de miles de empleos y del incremento de los costes para las manufacturas dependientes del acero. El secretario de Defensa, Jim Mattis, opinó que semejante movimiento tendría un coste para el país en el apoyo que recibe de aliados como Canadá y Corea del Sur. Y la Unión Europea, China y México han dicho todos que sopesan imponer también aranceles en represalia, lo que impactaría a sectores como la agricultura estadounidense, clave en la política del país. La última vez que Estados Unidos impuso aranceles sobre el acero en 2002, el entonces presidente George W. Bush los suprimió al cabo de dos años para evitar el peligro de una dañina respuesta similar de sus competidores. Los directivos acereros presentes en su comparecencia del jueves le dijeron al presidente Trump que confían en su buen juicio. Pero si, como presagian muchos analistas, el resultado de esta decisión es una guerra comercial está por ver cuántos compartirán esa opinión.

Las fuentes para realizar este artículo, han sido: BBC, Agencia EFE y CNN.