La opacidad de las fuentes lumínicas, del alumbrado público, por culpa del deterioro, pueden llegar a disminuir la eficacia en más de un 50%.
Con el paso del tiempo y el uso del alumbrado público, el rendimiento se ve afectado por:
- Pérdidas de energía: principalmente en forma de calor, por un desgaste del balasto.
- Caídas de tensión: las resistencias entre contactos y conectores, aumentan debido a la capa de óxido formada entre éstos y los conductores eléctricos. El aumento de resistencia, provoca la caída de tensión y ésta, pérdidas de energía en el circuito.
- Desgaste de la bombilla: todas las bombillas, van perdiendo rendimiento, por el desgaste que les produce el uso. Eso quiere decir, que a igual consumo de corriente eléctrica, menor potencia lumínica ofrecerá.
- Opacidad del encapsulado: el material con el que se fabrica el encapsulado, va tomando opacidad y esto representa un freno al paso de la luz a través de él. Es uno de los principales motivos de la disminución del rendimiento de una luminaria.
Todas estas pérdidas, se suman y provocan que el rendimiento de la luminaria, disminuya incluso en más de un 50%.
La necesidad de mantenimiento y sustitución de las luminarias del alumbrado público, se hace imprescindible, aunque suele no ser compatible, con los presupuestos municipales y las gestiones de prioridades de éstos.
Una vez más, técnica y gestión, pueden no congeniar en demasía.