Evolución del carburador

Carburador 11El motor de combustión interna de gasolina, utiliza ésta como combustible y el aire, o mejor dicho, el oxígeno contenido en él, como comburente. La proporción entre ambos es primordial para que la combustión del combustible, se produzca de forma adecuada y con ello, obtener el máximo rendimiento (ya muy bajo de «per se») y para conseguirlo, debe cumplir en todo momento, una determinada relación estequiométrica. Por regla general, esta relación deberá ser en todo momento, sobre 15:1, siendo 15 las partes de aire y 1 la de gasolina. Continuar leyendo «Evolución del carburador»

Avance del encendido en motores de combustión.

Como bien es sabido, el motor Otto de combustión interna, necesita un elemento que provoque la ignición de la gasolina, ya que no se produce de forma espontánea como sucede en el motor de ciclo Diesel. Esta función se le encarga a las bujías. Éstas, disponen de un electrodo, situado dentro de la cámara de combustión. Tras la fase de compresión, se manda un impulso eléctrico a la bujía (generado en la bobina) y se produce un pequeño arco eléctrico en el electrodo, que es responsable de producir la ignición del combustible (gasolina). Continuar leyendo «Avance del encendido en motores de combustión.»

El motor rotativo – Wankel

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Felix Wankel

En 1924, el ingeniero alemán Felix Wankel (1902-1988), desarrolló un motor muy diferente al principio de funcionamiento que tenían los motores de combustión interna, en aquella época… ¡y los de ahora! Wankel pudo patentar su motor en 1929, aunque no tuvo un impacto industrial destacado, hasta la década de los años 40 y 50. Hasta entonces, Wankel se dedicó a perfeccionar su invento y solucionar algunos inconvenientes que presentaba. Continuar leyendo «El motor rotativo – Wankel»

Breve historia del vehículo a vapor.

Siempre he encontrado apasionante, la historia relacionada con el vehículo. Recuerdo que de muy jovencito, cayeron en mis manos unas publicaciones de técnica y mecánica, de los años 50, llamada «Mecánica Popular». Disfrutaba leyendo cómo se realizaban las pruebas de aceleración y el nombre con que se denominaban las diferentes partes de un vehículo, puesto que eran unidades traducidas en Latinoamérica (el par motor, como torque, el volante timón, cofre al maletero…). Y lo que me dejó estupefacto, fue al ver las fotografías y esquemas de vehículos, con la típica estética de los coches americanos de los años 30 y 40′, ¡a vapor! Me sorprendió tanto, que quise indagar sobre el tema y me gustaría dejar unos pequeños apuntes, con algún dato cronológico, por si a alguien le puede interesar, como a mi. Continuar leyendo «Breve historia del vehículo a vapor.»

Elizalde, coches «made in» en Barcelona.

Elizalde calandra

No muchos conocen la historia del nombre Elizalde y de la repercusión que éste tuvo en el sector industrial, de la primera mitad del SXX. Iniciada primero como empresa familiar dedicada a la automoción (como fábrica de automóviles) y posteriormente al de la aviación, bien se merece ser recordada, por haber formado parte de la historia industrial de nuestro país. Continuar leyendo «Elizalde, coches «made in» en Barcelona.»

Marcas que han dado nombre al producto.

Hay empresas fabricantes que han sido tan influyentes en la industria, que han llegado a «dar» nombre a algunos productos. Aún no teniendo ese nombre, se ha terminado usando el nombre de la marca fabricante, sobretodo, en el argot profesional o tal y como se les conoce coloquialmente. Veamos algunos ejemplos:

En el mundo del motor, llamar «Delco» al distribuidor del encendido, es algo muy habitual, pero eso se debe a que el fabricante americano Delco-Remy (cuyo nombre es el acrónimo de «Dayton Eng Labs Co» y de ahí surgió la «Delco Remy Corp»), quien fue proveedor de piezas originales del equipo eléctrico de algunos vehículos y entre ellas, el distribuidor del encendido. Tanta influencia tuvo, que terminó por ser más frecuente llamarla «Delco», en lugar de su nombre real.

Delco Remy

Valvolina¿Quien no ha oído llamar «Valvulina» al aceite de la caja de cambios?. A principios del S-XX, algunos fabricantes de vehículos, solo recomendaban el uso de aceite lubricante de la fabricante Valvoline, en sus coches (como ocurría con el Ford T). Para recordarlo en el momento del cambio de aceite y dejar constancia de ello, se fijaba una chapa metálica en el motor, cerca de la boca de llenado, dónde se indicaba esta «casi obligación». Eso mismo ocurría en el caso del aceite de la caja de cambios, en ñas que también se añadía una placa indicándolo. Cualquier mecánico o usuario que quisiera cambiar el aceite, veía esa placa y de ahí que lograse cambiar el nombre a ese tipo de aceite, que pasó a llamarse «Valvulina».

Exactamente ocurrió con las pastillas de freno, que pasaron a conocerse como «ferodos«. Antes, el material que confecciona el forro de fricción, tanto de las zapatas de freno (de los tambores) como los discos de embrague, era una parte que se podría substituir cuando se gastaba y no se cambiaba toda la pieza, como hacemos ahora. La empresa Ferodo fabricaba esos forros y marcaba las piezas con su nombre. Fue suministradora de equipo original de algunas marcas fabricantes de automnóviles (como Austin) y llegó a tener tanta repercusión, que logró cambiar el nombre de esas piezas. Las pastillas de freno, zapatas y forros de fricción, pasaron a conocerse como «ferodos».

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De forma idéntica, el fabricante de mecanismos de seguridad «Cláusor«, cambió el nombre al selector y bloqueo de la dirección bajo llave, que empezaron a equipar muchos vehículos en los años 70. Puesto que empezó siendo algo opcional, ya que los vehículos anteriormente no disponían de ningún sistema de bloqueo de la dirección, como mecanismo de seguridad frente a un posible robo, a los que se les equipaba con ese accesorio de seguridad, se les solía añadir un adhesivo en la ventanilla del vehículo (normalmente en el deriva-brisas), dónde se advertía de ello, como medida disuasoria y preventiva.

En otro ámbito, apartado del automovilístico, el fabricante de pequeño electrodomésticos «Túrmix«, sacó al mercado un molinillo de cocina, que terminó «bautizando» a todos esos aparatos.

Es evidente que logar este fenómeno, solo se consigue operando tras una marca con excelente imagen corporativa, de gran reputación, tanta como para que se llegue a preferir, el «renombrar» algo, por aportar más valor con el nombre comercial del fabricante.

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El vehículo eléctrico aboca a mejoras urgentes para la eficiencia energética.

El famoso escándolo, bautizado como Dieselgate, sobre la manipulación fraudulenta en la gestión de emisiones de los vehículos, ha desencadenado una nueva visión de la movilidad, de manera imperiosa. Los fabricantes se han volcado, en lo que podría considerarse como un lavado de imagen, desarrollando y adoptando nuevas medidas de ahorro energético y de bajos efectos contaminantes. Continuar leyendo «El vehículo eléctrico aboca a mejoras urgentes para la eficiencia energética.»