John D. Rockefeller (1839-1937) fue un magnate de los negocios, que logró amasar una importante riqueza, gracias a sus genialidades y visión para los negocios, aunque no exento de polémica, por su fama de ser poco escrupuloso. A esto debemos preguntarnos, ¿todo es válido en los negocios? ¿Es posible mezclar las altas ganancias con la honestidad?
- No tengas miedo de renunciar a lo bueno para ir a por lo grande.
- Cada derecho conlleva una responsabilidad; cada oportunidad, una obligación; cada posesión, un deber.
- Contrataría antes a un hombre con entusiasmo que a un hombre que lo sabe todo.
- Si tu única meta es ser rico, nunca lo conseguirás.
- Siempre intenté convertir cada desastre en una oportunidad.
- El secreto para el éxito es hacer las cosas comunes de forma poco común.
- Si deseas tener éxito debes buscar nuevos caminos, en lugar de recorrer los caminos tradicionales y trillados del éxito, que todos conocen.
- No creo que haya otra cualidad tan esencial para el éxito de cualquier tipo como la cualidad de la perseverancia. Supera a casi cualquier cosa, incluso a la naturaleza.
- Un hombre no tiende derecho de ocupar el tiempo de otro hombre innecesariamente.
- La manera de ganar dinero es comprar cuando corre la sangre en las calles.
- Nadie hace nada si puede conseguir alguien más que lo haga.
- El buen liderazgo consiste en mostrar a la gente promedio cómo hacer el trabajo de la gente superior.
- Una amistad fundada en el negocio es mejor que un negocio fundado en la amistad.
- Con perseverancia, cualquier cosa, ya sea correcta o incorrecta, buena o mala, es factible y puede ser lograda.
- La habilidad de tratar con la gente es una mercancía tan comprable como el azúcar o el café y pagaré más por esa habilidad que por cualquier otra bajo el sol.
- La unidad de propósito es uno de los principales elementos esenciales para el éxito en la vida.
- Creo en la dignidad del trabajo, ya sea con cabeza o manos; que el mundo no debe a ningún hombre la vida, pero que debe a cada hombre una oportunidad de crear una vida.
- Preferiría ganar el 1% del esfuerzo de 100 personas que el 100% de mis propios esfuerzos.
- La caridad es perjudicial al menos que ayude al recibidor a independizarse de ella.
- La única pregunta con la riqueza es ¿qué haces con ella?
- No puedo pensar en nada más placentero que una vida dedicada al placer.
- Junto a hacer lo correcto, la cosa más importante es hacer saber a la gente que estas haciendo lo correcto.
- La competición es un pecado.
- Es equivocado asumir que los hombre con inmensas riquezas son siempre felices.
- Tengo maneras de ganar dinero de las que no sabes nada.
- ¿Sabes lo único que me da placer? Es ver mis dividendos entrar.
- No conozco nada más despreciable y patético que un hombre que dedica todas las horas del día de vigilia a ganar dinero por el dinero.
- Creo en el valor supremo de la persona y en su derecho a la vida, libertad y la búsqueda de la felicidad.
- Creo que cada derecho implica una responsabilidad; cada oportunidad, una obligación; cada posesión, un deber.
- Creo que la ley se hizo para el hombre y no el hombre para la ley; que el gobierno es el servidor del pueblo y no su amo.
- Creo que el ahorro es esencial para una vida bien ordenada y que la economía es un requisito primordial de una estructura financiera sólida, ya sea en el gobierno, los negocios o en los asuntos personales.
- Creo que la verdad y la justicia son fundamentales para un orden social duradero.
- Dar debería realizarse de la misma manera que invertir. Dar es invertir.
- Creo en lo sagrado de una promesa, que la palabra de un hombre debe ser tan buena como su enlace, que el carácter -no la riqueza o el poder-es de supremo valor.
- Creo que la prestación del servicio útil es el deber común de la humanidad y que sólo en el fuego purificador del sacrificio es la escoria del egoísmo consumida y la grandeza del alma humana puesta en libertad.
- Creo que el amor es la cosa más grande en el mundo; que sólo puede superar el odio; ese derecho puede y triunfará sobre el poder.
- Después de que todo ha acabado, la religión del hombre es su posesión más importante.
- No hay nada en este mundo que pueda compararse con el compañerismo cristiano; nada que pueda satisfacer sino Cristo.