Una adversidad puede convertirse en tu mayor éxito

Me gustaría explicar brevemente, una historia de cuando una adversidad se convierte en tu mayor éxito.

Estoy seguro que si digo que si alguien conoce la marca de cámaras fotográficas «LEICA», todos dirán que sí y muy sobradamente. Incluso es posible que algunos digan que tienen o han tenido una cámara de esta marca. Pero, estoy seguro que pocos conocen la historia de sus orígenes, que quiero utilizar para explicar el título de la publicación.

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Ernst Leitz

Mi gran afición a la fotografía química, o mal llamada «analógica» (sí, la de película, el revelado, la ampliadora y el cuarto oscuro con la luz roja), me ha llevado a estudiar y averiguar interesantes historias, como esta que he seleccionado.

Para ello, empecemos por explicar muy brevemente de dónde proviene el nombre de estas míticas cámaras, que aparece del acrónimo de Leitz-Camera y de ahí LEICA. «Ernst Leitz Optical Industry» era una empresa situada en Wezlar, creada por Ernst Leitz y dedicada al diseño y fabricación de dispositivos ópticos (por ejemplo microscopios), como desarrollo del «Optical Institute» de esa ciudad.

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Ernst Leitz Optical Industry

Partiendo de los 12 empleados iniciales del «Optical Institute», con los que contaba en 1869, la «Ernst Leitz Optical Industry» pasó a tener ya 120 empleados en 1889, gracias al éxito de sus microscopios, pero algo cambió radicalmente la historia de la empresa y la catapultó al éxito. Ya a principios del SXX, apareció para trabajar en la compañía, un ex trabajador de la empresa análoga Carl Zeiss, que era una de las empresas rivales de Leitz. Concretamente era un ingeniero encargado del I+D de la empresa. Esa persona fue Oskar Barnack.

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Oskar Barnack

Barnak, padecía de asma, que le causaba una gran debilidad física y que le afectaba en el desarrollo de su afición, que era la fotografía. El gran tamaño y elevado peso de las cámaras que se usaban en aquella época, suponía un impedimento para él. Barnack tuvo muy claro desde el principio, que para que él pudiera desarrollar su afición, se debería reducir el tamaño y el peso de la cámara. Como no existía ninguna en el mercado, convenció a Ernst Leitz y decidió desarrollar una propia, partiendo poco menos que desde cero.

Para empezar, tuvo que partir de un formato de película más pequeño que el utilizado entonces, ya que 9x12cm era de lo más reducido, de lo que se usaba por aquel entonces. Para ello, usó la película perforada de cine de 35mm, que Cámara cajónhasta entonces, no se usaba para la fotografía «estática». Barnack tuvo que diseñar y desarrollar, además de la cámara, los chasis dónde se dispondría la película y que como dato curioso, se les llamó «FILCA».

Reducir el formato del soporte sensible conllevaba algo importante y muy evidente, a menor tamaño del soporte, menor calidad de la copia en papel, ya que los errores y aberraciones de la óptica utilizada, eran magnificados todavía más. Eso no fue un problema que achantase a alguien que procedía del departamento de I+D de una empresa como Carl Zeiss y tampoco para una empresa experta en la fabricación de microscopios y ópticas como Leitz. Así que desarrolló también unas ópticas específicas para la nueva cámara, que han sido y son, el estandarte de la marca.

La nueva cámara era tan pequeña y ligera, que se podía llevar en el bolsillo de la chaqueta y cualquier persona podía usarla, incluso con alguna limitación física, como fue el caso de su creador. La óptica, tan sublime, que conseguía una calidad inusitada hasta entonces y permitía conseguir imágenes bien definidas en unos negativos tan pequeños, para la época. Como no podía ser de otra manera, la cámara generó gran revuelo y todo el mundo habló de ella, lo que provocó un lanzamiento al estrellato de la marca Leitz. Tanto fue así, que se buscó un nombre específico para esa cámara única y se usó el acrónimo LEICA.

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Primera cámara Leica: Ur-Leica (1914)

El mundo LEICA acababa de empezar y el éxito llegó como un tren a toda velocidad. La empresa supo gestionarlo y no murió por ello, si no que continuó el desarrollo hasta nuestros días, no sin algún que otro bache, que por suerte pudo superar. Un mundo de posibilidades se había abierto y se desarrollaron multitud de dispositivos (cada uno con su nombre específico) que dieron rienda suelta, casi infinita, a la imaginación fotográfica.

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Pruebas realizadas por Oskar Barnak en Wezlar