En 1955, Citroën presentó su nuevo modelo DS, como substituto del ya mítico modelo 11, con el que introdujo la tracción delantera, en lugar de la propulsión trasera que usaban la mayoría de fabricantes. En el idioma materno, «coche» es una palabra femenina «la voiture» y «DS» es fonéticamente muy parecido a «la déesse», es decir, «la diosa». Así que, conducías un DS, sonaba algo así como que conducías a la diosa, que si no lo fue, poco le faltó.
El vehículo inició sus ventas con 12.000 peticiones de compra anticipada y 80.000 al cerrar el Salón de París dónde se presentó en el momento de su lanzamiento. El coche revolucionó al sector automotriz, como era ya costumbre en Citroën, y sus avances tecnológicos, causaron gran revuelo. Entre ellos, los más impactantes fueron:
Suspensión hydroneumática. El vehículo carecía de muelles de acero, como sostén de la carrocería, y se substituyeron por unas esferas cargadas con nitrógeno, selladas en su mitad, por unos diafragmas elásticos. El gas se disponía en la parte superior, dejando la inferior conectada a un circuito oleo-hidráulico. A través de este circuito, se podía controlar y ajustar la altura del vehículo, de forma automática, como estabilizador de irregularidades del terreno a la vez que, manual a voluntad del conductor. El aceite se repartía por los conductos, hasta la parte inferior de las esferas dónde se contenía el gas. Incluso el pedal de freno, muy característico en este vehículo, por su forma de «botón» o «seta» de goma, en lugar del típico pedal de palanca (ver en la imagen más abajo), formaba parte del mismo circuito y del sistema. La horizontalidad se garantizaba así, en todo momento, transfiriendo fluido allí dónde fuera necesario.
Este ingenioso sistema, permitía circular con tres ruedas, sin mayor problema.
Luces direccionales. Los focos de las luces de carretera, se orientaban en la dirección a la que lo hacía la dirección, para que la dirección del haz de luz, fuese en la dirección de la vía. Además, todo el conjunto se estabilizaba de forma automática, guardando siempre la horizontalidad, como actuación reiterativa a la suspensión.
Asistencia en los mecanismos. Todos los mecanismos importantes de esta berlina eran asistidos: dirección, caja de cambios, frenos (delanteros de disco, por primera vez en un coche de serie), embrague, dos circuitos de frenos independientes y el repartidor automático de la intensidad de frenado en función de la carga. Como es evidente, el sistema hidráulico de este vehículo, jugaba una parte muy importante y era su «alma máter», motivo principal de su éxito. A pesar de haber sido una extensa fuente de problemas en las primeras unidades, algo que se fue solucionando con el paso del tiempo.
Chasis de plataforma integrada. El radiador quedaba totalmente carenado y con elementos desmontables, muy diferente a cómo se construían los vehículos en esa época.
En el 1957, se presentó una versión más económica del DS, llamado ID 19, en el que se substituyeron las asistencias en la dirección, cambio de velocidades y freno, para abaratar el precio de venta. El DS estuvo en producción durante 20 años (1955-1975) y se vendieron más de 1.455.000 unidades en todo el mundo.