Quisiera dar unas pinceladas, sobre el significado y la importancia, en la empresa manufacturera, de la figura del Jefe de Taller. Éstas han surgido, fruto de mi humilde experiencia como industrial y de las vicisitudes vividas.
Si bien, por todos es conocida la función del Director General o del Administrador Gerente, a los que se les atribuye suma importancia (y bien merecida, aunque alguno tiende a vanagloriarse), no siempre está suficientemente valorada la figura del Jefe de Taller. Siendo éste, una figura crucial en la empresa y justamente por este motivo, uno de los puestos más difíciles de atribuir a un trabajador, en el caso de un proceso de selección, ya sea interno, entre el personal de la empresa, o externo.
Deberíamos tener muy claro, que un mal Jefe de Taller, influirá negativamente en el desarrollo de la empresa, hasta el punto de forzar su posible cierre, si no es detectado a tiempo. Es por este motivo, la importancia que se le debe atribuir al puesto y la dificultad en la selección. Proceso al que se le debe asignar todo el tiempo que sea necesario y asegurar mucho la decisión final, ya que insisto, no es en absoluto un tema baladí.
Podríamos decir, que el Jefe de Taller, es el Director/Gerente, del taller y a grandes rasgos, se convierte en el vínculo entre la Gerencia y los operarios de «su» taller. Una de las principales misiones, es ser el hilo conductor, entre las dos partes de la empresa, el taller y el despacho de gerencia, entre las que suele haber una separación física y en muchos casos (por desgracia) esa separación se da también en el trato personal.
Entre sus cualidades, deben encontrarse el que sea:
- Un gran mediador: debe hablar con ambas partes y utilizar el lenguaje más apropiado, en cada situación. Las cosas se pueden decir de muchas maneras, todas pueden ser correctas, pero quizás no sea la apropiada.
- Un perfecto leader: ¡que fácil es ser un dictador, pero que difícil puede ser un leader!
- Entendido en la materia y los procesos constructivos: tener conocimientos sobre lo que se hace en el taller, es fundamental. Un buen Jefe de Taller mecánico, puede que no lo sea en un taller de carpintería.
- Buen gestor: del personal, de los trabajos y de llos recursos que tiene la empresa, en cada momento. Una empresa puede contar con más o menos recursos, en función de la situación temporal que ésta tenga, pero en cualquier caso, su uso debe optimizarse.
- Un mediador: siempre es mejor un mal acuerdo que un buen pleito. Llegar a un entendimiento, antes de recurrir a otros medios, es deseable.
- Muy resolutivo: los problemas se presentan día a día y llegan sin avisar. Encontrar una solución rápida, es crucial.
- Seguro y convincente: debe tomar decisiones continuamente y no se le puede detectar ni un ápice de duda, temor o inseguridad, porque crea inestabilidad. Los operarios deben creer y apoyarse en él.
- Un formador: los trabajadores siguen las directrices marcadas por él y debe instruir de cómo realizar todo aquello que se está haciendo mal.
- Persona de gran criterio: las decisiones y soluciones adoptadas, deben estar bien fundamentadas. Unos pilares sólidos son fundamentales para sostener una buena construcción.
- Gran entendedor: interesarse, conocer y entender las directrices de la empresa, para poder transmitirlas a todo el personal a su cargo. Cada empresa tiene unos valores y una filosofía propia, conocerlo permite poder vibrar a la misma frecuencia y entrar en resonancia.
Los trabajos realizados bajo presión, por imposición, de manera imperativa, no motivan al trabajador y si bien, se puede consigue una asistencia puntual al trabajo, rectitud en la labor y como resultado, un trabajo escrupuloso, cumpliendo plazos, seguramente no tendrá nada diferenciador y será «insulso», por haberse realizado con aversión y sin pasión. Ésto, en algunas actividades de producción no seriada, puede ser un gran handicap. Es habitual encontrar una alta actividad de rechazo, por los controles de calidad (externos o internos) llevados a cabo en una empresa, por un mal producto, que ha estado «contaminado» por la mala praxis por quien actúa como Jefe de Taller.
Como corolario, decir que siempre será una buena inversión, dedicar tiempo a la selección de esta figura de peso trascendental, dentro de la empresa.